Qué deben hacer los padres: edición universitaria
Cuando los adolescentes parten rumbo a la universidad, es natural que sus padres se preocupen. ¿Hacen amigos? ¿Duermen lo suficiente? Y quizás lo más importante para muchos padres y madres intranquilos: ¿qué están comiendo?; ¿están recibiendo los alimentos saludables y los nutrientes que necesitan?
Tal vez teman que su hijo o hija omita comidas, elija cereales azucarados en lugar de desayunos bien balanceados o coma refrigerios no muy saludables a la medianoche. Y en muchos casos, es muy posible que así sea. Esto se debe a que la vida universitaria suele ser la primera vez que los adolescentes están completamente a cargo de su propia rutina, lo que incluye qué comer y cuándo. Necesitan tiempo para aprender a utilizar sabiamente esta nueva libertad, y un comedor y un entorno de campus con una amplia variedad de opciones de comida pueden ser abrumadores.
A medida que los estudiantes se adaptan, los padres pueden verse tentados a supervisar, o incluso a corregir el rumbo de la dieta de sus hijos universitarios, para que no caigan en malos hábitos. Pero intervenir demasiado puede ser contraproducente. Es posible que el estudiante se retraiga, y además, si usted interviene de manera demasiado enérgica, podría negarle la valiosa oportunidad de aprender de sus propios errores.
Como dice la dietista registrada Kelli Wood: “El mejor enfoque es un equilibrio entre la escucha activa y la intervención sutil”.
“La universidad es realmente la base de cómo uno come por el resto de su vida”, dice Kelli. “Como padres, debemos renunciar al control y permitir que los estudiantes construyan su propia independencia y tomen sus propias decisiones”.
En esta entrega de nuestra serie de blog “Qué deben hacer los padres: edición universitaria”, Kelli nos ayuda a comprender cómo hablar sobre nutrición y alimentación saludable con los estudiantes, tanto antes de que se vayan a la universidad como cuando ya están viviendo lejos de casa.
P: ¿Cómo puedo interactuar positivamente con mi hijo en torno a la comida y la nutrición mientras se prepara para ir a la universidad?
Si ha cultivado hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana, ya ha sentado una gran base para sus hijos cuando parten hacia la universidad. Los estudiantes suelen imitar el entorno en el que crecieron una vez que están en la universidad. Eso significa que si han tenido una dieta equilibrada y saludable durante su infancia, es probable que modelen al menos parcialmente sus hábitos universitarios en función de lo que han comido en el pasado.
Algo a tener en cuenta, señala Kelli, es que las “golosinas” a las que los niños pueden haber tenido acceso limitado en el hogar pueden estar repentinamente disponibles en cantidades ilimitadas. Por lo tanto, es útil que hayan aprendido a disfrutar con moderación de estas golosinas en forma independiente antes de irse.
Antes de que partan rumbo a la universidad, continúe con un enfoque de “todos los alimentos sirven”, lo que significa que no hay alimentos “buenos”, “malos” o prohibidos, dice Kelli. En cambio, refuerce la idea de que una dieta saludable incluye una variedad de alimentos: por supuesto, alimentos saludables como opciones principales, pero también sus dulces favoritos y otros alimentos divertidos pero no tan saludables, ocasionalmente y con moderación. Eso ayudará a su futuro estudiante universitario a establecer una relación saludable con los alimentos incluso antes de abandonar el hogar.
Al mismo tiempo, puede reforzar los mensajes positivos mientras aún comen juntos, tanto sirviendo comidas familiares saludables como hablando sobre los conceptos básicos de alimentación saludables como parte de las conversaciones relacionadas, cuando el tema surge naturalmente.
“Refuerce que la mejor manera de comenzar el día es con un desayuno saludable y que comer una variedad de frutas y verduras, además de cereales integrales, proteínas y alimentos con grasas saludables, siempre es un buen enfoque”, dice Kelli.
P: ¿Cuáles son algunas de las dificultades que los estudiantes universitarios suelen tener con la nutrición y la alimentación saludable?
Uno de los cambios más grandes es que los universitarios a menudo duermen cuando sus horarios lo permiten, y eso realmente afecta la forma en que comen. Los estudiantes que duermen hasta el mediodía se perderán el desayuno y tendrán que ingeniárselas para comer entre clases. La gestión del tiempo puede generar dificultades, dice Kelli.
Algunos estudiantes universitarios descubren que también están realizando menos actividad física que en la escuela secundaria. Si eran atletas, pero ahora optan por no practicar deportes, sus necesidades calóricas podrían cambiar, y eso puede requerir un ajuste.
La variedad de alimentos en los comedores de tipo “tenedor libre” también puede ser abrumadora.
Finalmente, dice Kelli, el estrés tiene un gran impacto en lo que los estudiantes universitarios comen, y viceversa. Al igual que con cualquier transición importante de la vida, el estrés aumenta durante la universidad, especialmente en el primer año. El aumento del cortisol debido al estrés puede afectar el metabolismo, el apetito y el peso.
Es muy importante que los estudiantes se enfoquen en su bienestar mental, dice Kelli, y que los padres también estén en sintonía con eso.
Reconociendo que la transición a la vida universitaria puede ser estresante, el objetivo del equipo de comedor es crear un entorno donde los estudiantes puedan relajarse, descansar y disfrutar de buena comida, ya sea que estén tomando un bocado rápido en solitario o comiendo con amigos.
Tanto los horarios de las comidas como la ubicación de los restaurantes en todo el campus se consideran cuidadosamente para hacer que la experiencia sea lo más conveniente posible. Además, como señala Kelli, las personas que trabajan en los restaurantes generalmente se enorgullecen de saludar a los estudiantes con una sonrisa y hacer que se sientan bienvenidos.
P: ¿Cómo puedo preparar a mi hijo universitario para la experiencia de comer diariamente en un comedor? ¿Qué debo decirle?
En el comedor, lo más importante es el equilibrio. No intente disuadir a su estudiante de comer un alimento en particular, dice Kelli. En cambio, puede conversar acerca de los aspectos positivos y beneficios nutricionales de comer una amplia variedad de alimentos saludables.
La universidad es donde los jóvenes realmente comienzan a definir por sí mismos lo que significa “saludable”, agrega, y el comedor, más el ejemplo de sus pares en cierta medida, es formativo para ayudarles a sacar sus propias conclusiones.
P: Una vez que se haya ido a la universidad, ¿debo seguir hablando con mi hijo sobre alimentos saludables y nutrición?
¡Debe hacerlo! Pero es necesario adoptar un enfoque ligeramente diferente al que tenía cuando vivía en casa. Para introducir el tema de la alimentación en una llamada de rutina, puede preguntar casualmente: “¿qué cenaste esta noche?”, y luego escuchar en silencio, haciendo preguntas limitadas e interactuando sutilmente. Puede comentar algo como lo siguiente: “Parece que fue una comida deliciosa y nutritiva”, dice Kelli.
Saber lo que su hijo estudiante considera saludable es un buen punto de partida. Dele espacio y deje que decida por sí mismo cuáles son sus propias prioridades de salud, agrega. Si usted tiene un actitud demasiado ansiosa o controladora, el estudiante podría sentir que no confía en que sepa cómo alimentarse en la universidad, y mostrarse menos receptivo al diálogo.
P: ¿Qué debo evitar hacer o decir?
Tenga cuidado de no poner demasiado énfasis en el peso, ya que hacerlo puede dar lugar a comportamientos riesgosos y a un estrés innecesario.
Suele hablarse de las proverbiales 15 o 20 libras extra que se aumentan en el primer año, pero no se menciona que, si bien no es inusual que el estudiante de primer año suba un poco de peso, eso no significa que haya desarrollado malos hábitos alimenticios; simplemente es parte de la transición universitaria, dice Kelli.
Es importante saber que puede estar saludable incluso si aumenta algunas libras, por lo que no hay que enfocarse en la balanza, agrega.
Además, no juzgue a su hijo si elige alimentos que a usted no le parecen adecuados. Evite apresurarse a intentar corregir sus errores o “arreglar” pequeños problemas por él, dice Kelli. En cambio, hágase a la idea de que cometerá errores y bríndele las herramientas para que finalmente sea capaz de tomar sus propias decisiones informadas y buenas.
Por último, no se enoje si sus preferencias alimentarias cambian, porque es probable que lo hagan. Si lo espera con el refrigerador lleno de sus alimentos favoritos y cuando regresa de la universidad le dice que ya no le gustan, no se ofenda. Muestre curiosidad sobre cómo es ahora y haga preguntas.
P: ¿Qué sucede si mi estudiante universitario tiene alergias o dice que simplemente no le gustan los alimentos que se sirven en su comedor?
Si los estudiantes tienen alergias alimentarias o necesidades dietéticas especiales, la transición a la universidad puede ser un poco más difícil. Comience a prepararse mucho antes de la universidad: faculte al estudiante para que se defienda por sí mismo, comprenda qué tipo de alimentos son seguros y aprenda lo que puede hacer cuando está en el campus para obtener la información que necesita, dice Kelli.
Aliéntelo a hacer preguntas. Los menús del comedor casi siempre están en línea, y revisarlos con anticipación puede ayudar a calmar las preocupaciones y evitar sorpresas. También pueden comunicarse con el gerente de servicios de alimentación o con un dietista registrado en el campus para programar una reunión para hablar de sus necesidades.
Algunos comedores tienen demostraciones de comida y talleres útiles para estudiantes, que incluyen recorridos por el comedor. Otros incluyen oportunidades para que los estudiantes proporcionen sus opiniones sobre sus alimentos favoritos, opciones que les gustaría ver con mayor frecuencia e incluso oportunidades para enviar recetas familiares para que se incluyan en el menú, lo que hace que se sientan más como en casa en el comedor.
P: ¿Qué sucede con las redes sociales? Me preocupa que obtenga ideas poco saludables sobre alimentos y nutrición de personas influyentes en línea.
Es cierto que las redes sociales pueden ser muy influyentes, y también están saturadas de información errónea, dice Kelli.
Muestre interés por las cuentas que pueda estar siguiendo el estudiante en TikTok o Instagram en relación con la alimentación y la nutrición. Debe saber que hay que dejar de seguir de inmediato a cualquier persona que lo haga sentir mal con su cuerpo o con la forma en que come. Ayúdelo a examinar críticamente a la información y preguntarse: ¿esto es un hecho demostrado y está respaldado por una investigación real, o suena más bien como una moda?
P: ¿Cuáles son algunas cosas positivas que puedo hacer para ayudar a mi hijo estudiante y aliviar algunas de mis propias preocupaciones?
Priorice escuchar y permita que sea su hijo o hija quien dirija la conversación; su trabajo es brindarle apoyo, dice Kelli.
Si el estudiante dice que está realmente estresado, escuche por qué y qué está sintiendo. Puede incorporar sutilmente comentarios sobre la alimentación saludable, como recordarle que beba suficiente agua, duerma lo suficiente y coma alimentos saludables.
También puede sugerirle que asista a una sesión de bienvenida con el equipo de servicios de alimentación o, si muestra interés en el tema, incluso tomar una clase sobre nutrición. Es más probable que acepte información de un experto.
Si su hijo o hija aún está en casa y no se ha ido a la universidad aún, pídale que cocine con usted o en forma independiente, o que vayan de compras, para adquirir un punto de referencia sobre su enfoque actual hacia la comida para cuando él/ella esté al mando.
P: ¿Cuáles son algunas señales de alerta a las que debo prestar atención?
El bienestar mental y emocional del estudiante es definitivamente algo que debe controlar de cerca. La universidad es muy estresante y eso puede afectar las relaciones, la dieta y el éxito académico.
Preste atención a la pérdida de peso inesperada, a que su hijo no duerma lo suficiente por la noche o al agotamiento.
Esos podrían ser signos de que el estudiante necesita enfocarse en su bienestar mental, dice Kelli, y un indicador de que podría beneficiarse de recursos de apoyo en el campus que, en última instancia, podrían mejorar múltiples aspectos de su vida diaria, incluida su dieta.
P: ¿Qué más deben saber los padres?
Kelli dice que quiere que los padres sepan que los chefs, dietistas y otros miembros del equipo de servicios de alimentación del campus se enorgullecen de crear un entorno lleno de una variedad de alimentos frescos, saludables y deliciosos.
Su objetivo es hacer que la elección saludable sea algo que los estudiantes deseen hacer, porque realmente disfrutan de la comida y la esperan todos los días. Al fin y al cabo, dice, “la comida saludable puede y debe tener un excelente sabor”.
Les recuerda a los padres que la mayoría de los estudiantes encuentran una amplia variedad de opciones saludables que se adaptan a su nueva vida universitaria. Puede llevar un tiempo, y si necesitan ayuda a lo largo del camino, el equipo del comedor alienta a los estudiantes a comunicarse si tienen preguntas o necesitan ayuda.
Kelli Wood es dietista registrada y parte de la red de líderes en nutrición de Hospitalidad universitaria de Aramark. Todos los días, Kelli y los nutricionistas de Aramark de todo el país utilizan sus conocimientos y experiencia para ayudar a crear un entorno que apoye la salud y el bienestar en el campus, liderando programas de salud y bienestar e interactuando con los estudiantes para ayudar a impulsar su éxito y alimentar su potencial.
Note: Since everyone’s health history and nutritional needs are so different, please make sure that you talk with your doctor and a registered dietitian to get advice about the diet and exercise plan that‘s right for you.