Si su hijo le pide dulces constantemente y usted nunca sabe exactamente cómo responder, debe saber que no está solo en esto. Muchos padres tienen dificultades para saber cómo manejar el tema del azúcar en la dieta de sus hijos.
Tal vez se pregunte si es demasiado comer un cereal azucarado en el desayuno y, luego, un helado como refrigerio después de la escuela. ¿Debe limitar al máximo la ingesta de azúcar de su hijo? Además, sabiendo que el exceso de azúcar eventualmente puede provocar resultados negativos en la salud, como diabetes y otras afecciones, ¿cómo se puede mantener un equilibrio entre no demonizar el azúcar y garantizar que su hijo se mantenga saludable?
Tal vez lo más importante, según la dietista matriculada de Chicago, Kalli Ventura, que trabaja con uno de los distritos escolares más grandes de los Estados Unidos, es encontrar el equilibrio. Los alimentos endulzados con azúcar pueden formar parte de una dieta saludable moderada, pero el equilibrio y la moderación son la clave.
“No queremos demonizar y restringir excesivamente o prohibir por completo los grupos de alimentos a menos que haya un motivo, como una alergia alimentaria”, afirma Kalli, “porque sabemos que restringir en exceso los alimentos en las primeras etapas de la vida puede generar un consumo excesivo y patrones de alimentación poco saludables más adelante. Hay espacio para los alimentos con azúcar, pero el desafío es aprender a crear un equilibrio saludable”.
En esta entrada de nuestra serie de blogs “¿Qué debe hacer un padre?”, Kalli nos ayuda a comprender los diferentes tipos de azúcar, cómo manejar los pedidos constantes de dulces y cómo incluir el azúcar como parte de una dieta saludable para los niños.
P: ¿Por qué el azúcar es algo que a los padres les debería preocupar?
Primero, hay que entender que hay una razón biológica por la que a los niños les gusta el azúcar; los bebés nacen prefiriendo el sabor dulce, y es por eso que prefieren la leche materna. En la naturaleza, los alimentos dulces tienden a ser seguros y ricos en calorías, mientras que los amargos suelen ser tóxicos.
Al pensar en el azúcar, es importante distinguir entre los distintos tipos.
Por un lado, hay azúcares naturales, como la fructosa y la lactosa, en frutas y productos lácteos. Por otro lado, está el azúcar agregado.
Los fabricantes de alimentos agregan jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sacarosa y otros azúcares procesados a productos como pan, yogur y compota de manzana. Eso es en lo que los padres deben enfocarse, afirma Kalli. Cuando los niños consumen estos alimentos, hay menos espacio para frutas, verduras, cereales integrales y productos lácteos sin endulzar con bajo contenido de grasa.
El azúcar agregado ingerido en exceso también se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y presión arterial alta. En un estudio de Purdue University, se descubrió que las mayores fuentes de azúcar en la dieta promedio de los niños son los jugos, los refrescos y las bebidas para deportistas.
P: ¿Cuánto azúcar agregado es aceptable y cuánto es demasiado?
Según las Guías alimentarias para estadounidenses, 2020-2025, un patrón alimenticio saludable no deja mucho espacio para los azúcares agregados adicionales. En las guías se explica que el azúcar agregado debe limitarse a menos del 10 % de las calorías por día a partir de los dos años.
Los niños menores de dos años deben evitar por completo los alimentos y las bebidas con azúcar agregado.
La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda que los niños y adolescentes consuman menos de seis cucharaditas de azúcar agregado al día y beban no más de ocho onzas por semana de bebidas azucaradas. Como referencia, una porción de cereal azucarado para el desayuno podría contener más de dos cucharaditas de azúcar.
P: ¿Debo contar los gramos u onzas de azúcar agregado que mis hijos consumen todos los días?
El conteo de gramos de azúcar no es realista ni sostenible, expresa Kalli. Asimismo, podría fomentar una cultura de restricción en su hogar en relación con el azúcar y los alimentos, lo que podría llevar más adelante a consumirlos en exceso.
Lo ideal es tener una relación saludable con todos los alimentos, y eso incluye alimentos que tienen azúcar agregado.
Tenga en cuenta que las generaciones pasadas solían sentir culpa asociada con el disfrute de ciertos alimentos, incluidos aquellos con azúcar agregado. Las personas deben cambiar este tipo de mentalidad, comentó Kalli.
Para proporcionar a sus hijos una dieta equilibrada y fomentar actitudes saludables con respecto a la alimentación, ella sugiere comenzar por la tienda de comestibles. Cuando compre, asegúrese de abastecer su carrito con una amplia variedad de alimentos saludables y con alto contenido de nutrientes para mantener una dieta completa. Las etiquetas nutricionales, en las que desde 2020 se especifican los azúcares agregados, también pueden ayudar a guiar sus decisiones de compra.
P: ¿Cómo respondo si mi hijo pide constantemente dulces? ¿Digo que no?
Intente replantear su pensamiento. Quizás puede decir “sí, pero” en lugar de decir “no” todo el tiempo.
Es crucial permitir que su hijo recorra su propio camino en cuanto a la alimentación en la medida de lo posible. Por lo tanto, trate de darle muchas opciones y apoyar lo que están deseando comer.
Si su hijo pide una magdalena, intente decir que sí, pero luego sírvala junto con un alimento que pueda tener más nutrientes, como un trozo de fruta o un poco de queso.
También debe abastecer su cocina con alternativas más ricas en nutrientes y ofrecerlas.
En lugar de helado, ofrezca una paleta de frutas congeladas. La realidad es que, a veces, el “no” es necesario, pero Kalli recomienda tratar de usar el “no positivo”.
Es decir, probar frases como “Te acabas de comer una magdalena hace una hora; hablemos sobre lo que tu cuerpo está deseando para darte energía duradera” o “Vamos a guardar esa magdalena para después de la cena cuando estemos todos juntos, y ahora comamos los alimentos que tu cuerpo necesita para tener energía en la tarde, como…”.
P: ¿Qué debo hacer si mi hijo esconde dulces?
Esconder alimentos ocurre cuando hay culpa asociada con ese alimento y no queremos que otras personas sepan que lo estamos comiendo.
Detrás de esos sentimientos está la idea de que hay alimentos buenos y alimentos malos. Los alimentos “malos” son aquellos que no deberíamos comer, así que los comemos a escondidas.
Si encuentra envoltorios de caramelos en el dormitorio de su hijo, por ejemplo, hable con él al respecto. Hágale saber que no tiene que ocultarle alimentos.
Coméntele que, si tiene hambre, puede comer libremente y asegúrese de que comprenda que los alimentos con azúcar agregado pueden incluirse como parte de una dieta llena de alimentos saludables y con alto contenido de nutrientes que les ayudan a tener energía durante el día.
Si come con mucha frecuencia fuera la hora de comer o después de ella, también es posible que desee controlar si su hijo está comiendo suficiente en el desayuno, el almuerzo y la cena. De lo contrario, quizás pueda ofrecer más alimentos, o refrigerios saludables como yogur y bayas o un trozo de pan integral con mantequilla de maní, entre cada comida.
P: ¿Qué sucede si dejo que mi hijo coma alimentos con azúcar antes de acostarse? ¿No lo hará hiperactivo?
La idea de que los niños se volverán más activos después de comer azúcar se basa en un único estudio realizado a mediados de la década de los setenta. Desde entonces, este tema se ha estudiado y cuestionado en muchas ocasiones.
Un resumen de los estudios de investigación científica sobre el tema publicados en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense reveló que en 23 experimentos de 16 artículos científicos no se encontró evidencia científica que indique que el azúcar causa hiperactividad en la mayoría de los niños.
Si bien cada niño es diferente, la conclusión es que no debe preocuparse demasiado por esto.
Una galleta antes de acostarse probablemente no será la razón por la que su hijo no dormirá (y agregar leche puede ser beneficioso).
P: ¿Hay una mejor manera de abordar el “tema del azúcar” para evitar el enfrentamiento entre niños que quieren más y padres que intentan que coman menos?
Como padres, su meta o estrategia general en torno al azúcar no debería ser eliminarlo por completo, ya que es una parte importante de nuestra cultura alimentaria.
El objetivo es ayudar a los niños a aprender a autorregularse para que no consuman en exceso de forma habitual.
Todo se trata de cómo habla de los alimentos y cómo los incluye.
Haga todo lo posible para evitar usar las palabras “bueno” y “malo” y “saludable” y “no saludable” cuando hable de alimentos; evite dar alimentos azucarados como recompensa.
En cambio, trate a los alimentos de manera neutral y, cuando hable de ellos, mencione lo que hacen por nosotros. Por ejemplo, las zanahorias son buenas para los ojos y el pastel de cumpleaños nos recuerda la celebración.
Con el tiempo, los niños deben aprender a confiar en sus propios cuerpos a medida que los padres les permiten comer con moderación pasteles, galletas y helados junto con otros alimentos.
P: ¿Qué sucede si ya he asociado involuntariamente ciertos alimentos con connotaciones positivas y negativas? ¿Es demasiado tarde para cambiar eso?
No, no es demasiado tarde, pero sepa que probablemente sea un proceso gradual cambiar el pensamiento de su hijo; seguramente no sucederá de la noche a la mañana.
Dé pequeños pasos para lograr un cambio teniendo en cuenta que las actitudes hacia los alimentos se han modificado con el paso de las generaciones. Kalli afirma que espera que las nuevas generaciones de niños tengan una relación mucho mejor con los alimentos.
P: ¿Qué debe hacer un padre? Ideas para manejar los pedidos de azúcar de los niños.
Es muy difícil no demonizar los dulces o negarles directamente a los niños los alimentos con azúcar y, al mismo tiempo, asegurarse de que coman muchos alimentos con mayores beneficios nutricionales (y también darse cuenta de que decir “sí” no siempre es posible).
Pruebe algunos de los siguientes consejos:
- Trate el tema con curiosidad. Mantenga un diálogo abierto con su hijo sobre todos los alimentos y haga preguntas sobre lo que le gusta y lo que no le gusta. Si esconde comida, pregunte por qué.
- Tenga en cuenta el azúcar al comprar. Algunos alimentos que tienen azúcar agregado, como los arándanos deshidratados o la compota de manzana, a menudo tienen una versión sin azúcar agregado o con menos cantidad. Los niños no suelen notar la diferencia, por lo que puede comprar la opción menos azucarada.
- Diluya el jugo. Algunos padres autorizan el consumo de jugo, pero agregan solo un poquito al agua. Su hijo obtiene el sabor dulce y queda satisfecho sin consumir todo el azúcar del jugo al 100 %.
- Enfóquese en la combinación de alimentos. Si su hijo desea una galleta o dos como refrigerio después de la escuela, sírvalas como acompañamiento de leche baja en grasa o queso en hebras. Dele una cucharada de helado con frutas y nueces o prepare fresas cubiertas con chocolate.
Tratar “el tema del azúcar” no es fácil, pero es importante. Sea paciente. El cambio no sucederá de la noche a la mañana.
Kalli recomienda no pensarlo como una batalla que necesita ganar, sino como un cambio gradual en la dinámica hacia un mejor equilibrio, en el que se pueden disfrutar los alimentos con azúcar agregado, pero de una manera que no desplacen los alimentos ricos en nutrientes que los niños necesitan para aportar energía para sus días y sus vidas.
Kalli Ventura es dietista matriculada y forma parte de la Red de Nutrición de Aramark, una comunidad de dietistas dentro de Aramark Student Nutrition. La Red de Nutrición conecta y compromete a los dietistas matriculados de Aramark Student Nutrition y a otros expertos en nutrición para beneficiar a los estudiantes de las escuelas, a los padres y los cuidadores y a las iniciativas de salud y bienestar de sus distritos.
Note: Since everyone’s health history and nutritional needs are so different, please make sure that you talk with your doctor and a registered dietitian to get advice about the diet and exercise plan that‘s right for you.